martes, 20 de noviembre de 2007

Amnistía Internacional 2002

Preocupación por los defensores de los derechos humanos de Medellín y del departamento de Antioquia
El doctor Jesús María Valle Jaramillo era un conocido abogado de derechos humanos. Era presidente del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Antioquia "Héctor Abad Gómez" (CPDH), y también era profesor universitario y asesor local del Partido Conservador.
El 27 de febrero de 1998, poco después de las 3 de la tarde, dos hombres armados y una mujer entraron en su oficina en Medellín y lo abatieron a tiros. En los meses previos a su asesinato se había dedicado a denunciar enérgicamente las relaciones existentes entre algunos militares y organizaciones paramilitares colombianos y las graves violaciones de derechos humanos cometidas en el curso de las operaciones militares y paramilitares conjuntas llevadas a cabo en el norte del departamento de Antioquía.
La Fiscalía General de la Nación formuló cargos formales contra el dirigente paramilitar Carlos Castaño y otros ocho paramilitares por su participación en la muerte de Jesús María Valle Jaramillo. En la actualidad hay detenidos seis paramilitares, aunque no Castaño. Sin embargo, a pesar de los fuertes indicios sobre la implicación militar en el delito, no se ha iniciado ninguna investigación formal sobre personal militar. Varios investigadores judiciales que trabajaban en la causa tuvieron que abandonar el país a causa de las amenazas de muerte que recibieron.
La muerte de este destacado defensor de los derechos humanos en el centro urbano de Medellín y a plena luz del día tuvo un efecto perjudicial sobre la comunidad de derechos humanos en la ciudad. Jesús María Valle Jaramillo era el cuarto presidente del CPDH que perdía la vida. Se necesitan urgentemente medidas de protección y garantías de seguridad eficaces para los defensores de los derechos humanos que trabajan en Medellín y en el departamento de Antioquia, muchos de los cuales son objeto de reiterados ataques y amenazas de muerte.
Acción
Envía cartas al gobierno colombiano:
expresando tu satisfacción por los progresos registrados en la investigación llevada a cabo por la unidad de derechos humanos de la Fiscalía General en relación con la muerte, el 27 de febrero de 1998, de Jesús María Valle en Medellín;
expresando preocupación por el hecho de que transcurridos tres años desde la muerte de Jesús María del Valle y a pesar de los sólidos indicios sobre la implicación de militares, todavía no se han llevado a cabo investigaciones exhaustivas sobre la posible participación de miembros de las fuerzas armadas colombianas en el hecho e instando a que todos los responsables de haber ordenado, planificado y perpetrado el delito comparezcan ante la justicia;
solicitando ser informado sobre los progresos que se produzcan en la investigación de la causa;
expresando preocupación debido a que muchos defensores de los derechos humanos de Medellín y del departamento de Antioquia siguen siendo amenazados y hostigados por la labor promoción y protección de los derechos humanos que llevan a cabo de conformidad con los tratados y las normas internacionales;
expresando preocupación por la situación de represión que padecen actualmente los miembros de las organizaciones de derechos humanos que intentan revelar los abusos contra estos derechos humanos cometidos por las partes que intervienen en el conflicto de Colombia;
señalando que conoces el programa de protección de los defensores de los derechos humanos puesto en práctica por el gobierno colombiano, pero manifestando que consideráis que podrían haberse evitado algunas muertes si las autoridades hubieran actuado adecuadamente investigando las amenazas de muerte, proporcionando la protección debida en el momento de ser solicitada e investigando la muerte de otros defensores de los derechos humanos que murieron en circunstancias parecidas;
señalando que las medidas de protección individuales, como los guardaespaldas y los chalecos antibalas, no bastan para disuadir a los responsables de violaciones contra los derechos humanos de que actúen contra los miembros de las organizaciones de derechos humanos, y señalando que los verdaderos esfuerzos para proteger a los defensores de estos derechos deben establecer como prioridad la investigación tanto de las muertes ocurridas como de las amenazas y hostigamientos, dentro de un programa general de prevención de nuevos ataques;
instando al gobierno colombiano a que respete las obligaciones que ha contraído en relación con los defensores de los derechos humanos, según establecen la Declaración sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, Grupos e Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales Universalmente Reconocidos de las Naciones Unidas, aprobada el 9 de diciembre de 1998, y la resolución Defensores de los Derechos Humanos en las Américas de la Organización de Estados Americanos, aprobada el 7 de junio de 1999 [AG/RES. 1671 (XXIX-O/99)];
Envía copias de tus cartas a:
Comité Permanente de Derechos Humanos "Héctor Abad Gómez"A.A. 50645 Medellín, Colombia Tlf / Fax : +57 4 5120823

Publicación del IPC, feb-27-07

In memoriam - Jesús María Valle Jaramillo (1943-1998)
02/27/07
Nueve años han transcurrido desde el asesinato del abogado Jesús María Valle Jaramillo, presidente del Comité Permanente de Derechos Humanos de Medellín. Murió en su intento de proteger la vida de cientos de campesinos antioqueños acosados por los grupos de autodefensa al mando de Carlos Castaño Gil y Salvatore Mancuso.
No obstante sus denuncias, ilustradas con sendos detalles y realizadas con la desesperación de quien sabe lo que ocurrirá si no se toman medidas, el desangre continuó en una vasta región del norte antioqueño, incluidas varias veredas y corregimientos de la zona rural del municipio de Ituango, su tierra natal, donde ejercía como concejal.
Su voz advirtió de los riesgos que afrontaban los pobladores de La Granja y de El Aro. En respuesta, recibió las noticias de las incursiones en estos caseríos de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, apoyadas por tropas del Ejército adscritas a la IV Brigada, que dejaron decenas de muertos, destrucción de bienes y cientos de desplazados.
A Jesús María Valle Jaramillo no lo escucharon las autoridades civiles departamentales y nacionales, tampoco las autoridades militares y de policía. A sus clamores y demandas, el gobierno departamental y los estamentos castrenses respondieron con señalamientos y denuncias.
Pero su persistencia fue de tal magnitud que aquellos que eran el blanco de sus reclamos no encontraron otro camino que asesinarlo para acallar su voz. Una tarde del 27 de febrero de 1998, dos hombres y una mujer llegaron a su oficina del barrio Colón, ubicado en la calle Ayacucho, entre las carreras Bolívar y Cundinamarca, y lo acribillaron.
Como una manera de reivindicar sus denuncias y honrar su memoria, la Agencia de Prensa IPC reproduce un fragmento de la declaración que rindió Jesús María Valle Jaramillo en la Fiscalía Regional de Medellín el 6 de febrero de 1998, justo 21 días antes de su muerte. Sus palabras, hoy, continúan vigentes.
“PREGUNTADO.- Bajo la gravedad del juramento sírvase informar al despacho todo lo que le conste respecto a la existencia de un grupo paramilitar en el municipio de Ituango – Antioquia.
CONTESTO.- Desde 1996 está operando un grupo paramilitar llamado Autodefensas de Córdoba y Urabá, en el municipio de Ituango, y cuya sede es el mismo perímetro urbano, muy cerca al puesto de Policía, al puesto militar, a la Alcaldía, a la Fiscalía, a la Personería, a los juzgados y a la parroquia. Es decir, todo el mundo se ha dado cuenta de esa presencia del grupo paramilitar.
Ese grupo paramilitar cometió la masacre de La Granja, donde fueron asesinadas cinco personas, entre ellas el director del Politécnico, quien fue torturado y asesinado.
Una vez ocurrida esta masacre, un grupo de concejales le informamos al doctor Pedro Juan Moreno, Secretario de Gobierno Departamental, de la presencia de ese grupo y de los asesinatos que había cometido en Ituango. En presencia de los representantes de la Policía y de un representante del Ejército, y en presencia de Jhon Fredy Rendón, Hernán Moreno y José Milagros López, le dije al doctor Pedro Juan Moreno que pareciera que esa masacre de La Granja se hubiese cometido con el visto bueno de las autoridades departamentales y de la fuerza pública, por la forma tranquila como se desplazó el grupo paramilitar de Caucasia a Ituango, pasando por San Andrés de Cuerquia, hasta el perímetro urbano de Ituango, yendo a La Granja y regresando de nuevo a la vía. En esa ocasión, el doctor Pedro Juan Moreno se enojó mucho por mi denuncia y lo que dijo fue: “que elevara la queja ante la procuraduría o la denuncia ante la Fiscalía”.
El grupo paramilitar sembró el terror en Ituango. En un solo día había hasta cuatro asesinatos en la plaza en presencia de todos, de todas las autoridades del Ejército y la Policía y no había ni respuesta del Gobernador de Antioquia, ni del Secretario de Gobierno, ni del comando de la Policía, ni del comando del Ejército; y así, de 1996 a 1997 diciembre 31, fueron asesinados más de ciento cincuenta (150) ciudadanos de la región, entre ellos dirigentes de la acción comunal, campesinos humildes, dueños de tiendas comunitarias, profesores y transportadores.
Ante esa ola de sangre, yo pedí una cita al gobernador de Antioquia para informarle de estas muertes en presencia del Defensor del Pueblo doctor Álvaro González, del doctor Gustavo Restrepo, del doctor Jaime Jaramillo Panesso y lo que me dijo el gobernador doctor Álvaro Uribe Vélez era que no sabía de la existencia de ese grupo paramilitar y nos envió para que habláramos con el general Manosalva (q.e.p.d.)
Después de esa visita, nada hizo el gobernador y hábilmente en la comisión que fue a Ituango de neutralidad, me sacó hábilmente de la comisión para que yo no fuera y siguió el desangre. Públicamente, pedí la protección a la Procuraduría para la población civil, a la Defensoría del Pueblo, al CTI, a la Fiscalía Regional y la Fiscalía Seccional, pero no hubo ninguna respuesta y siguieron los asesinatos por parte del grupo paramilitar.
Dejo constancias por escrito de que la Procuraduría quiso ir en varias ocasiones, la Gobernación se comprometió a prestar el helicóptero y, a última hora, le decía al Procurador que no se podía prestar el servicio.
En una ocasión, en un enfrentamiento que tuvo lugar en el puente de Pescadero, allí combatían juntos el Ejército y los paramilitares. Eso lo denuncié públicamente y por ese motivo fui denunciado por el señor comandante del Ejército para que se investigara mi conducta, cuando yo lo que buscaba era la protección de la población campesina de La Granja, de Santa Rita, de Pascuitá, de Santa Lucía, de Badillo y del Aro.
En forma oportuna, le pedí protección al doctor Álvaro Uribe Vélez, lo hice como concejal del municipio de Ituango y como miembro del Comité de Derechos Humanos pero nunca fui oído; hasta que se presentó la masacre de El Aro, donde catorce campesinos fueron asesinados, algunos torturados e incendiadas todas las casa de El Aro. Allí fueron destruidos los animales de la población campesina, fue sustraído el ganado, y fue movilizado hacia el municipio de Valdivia.
Después de la masacre de El Aro, siguió la destrucción de La Balsita, donde había un asentamiento de dos mil colonos, que fueron sacados de allí por Carlos Castaño a sangre y fuego, allí fueron quemadas las escuelas, incendiadas las viviendas, fueron asesinadas numerosas personas y sustraído todo el ganado, fueron destruidos puentes, escuelas y todo el asentamiento de colonos; más de setecientas personas fueron desplazadas hacia Ituango y hoy siguen deambulando en medio de la miseria y del dolor por todo el departamento de Antioquia.
Yo siempre vi y así lo reflexioné que había como un acuerdo tácito o como un ostensible comportamiento omisivo, hábilmente urdido entre el comandante de la Cuarta Brigada, el comandante de la Policía de Antioquia, el doctor Álvaro Uribe Vélez, el doctor Pedro Juan Moreno y Carlos Castaño. Todo el poder de los grupos de autodefensa se ha consolidado por el apoyo que ese grupo ha tenido con personas vinculadas al Gobierno, al estamento castrense, al estamento policivo y a prestantes ganaderos y banqueros del departamento de Antioquia y del país.
La fuerza que ha tenido el grupo paramilitar en Ituango tiene un ostensible apoyo en el tráfico de estupefacientes, el dominio estratégico de un municipio como Ituango implica el dominio político y territorial que tiene fácil comunicación con el país, con la región de Urabá y con Centro América. Eso es todo lo que yo sé”.

El Estado fue condenado

Mayo 04, 2007
Publicación de periódico el Colombiano
El Estado colombiano deberá pagar 1.702 millones de pesos a los familiares del abogado y defensor de los derechos humanos Jesús María Valle Jaramillo, quien fue asesinado en 1998, luego de hacer públicas las presuntas relaciones de algunos miembros del ejército con grupos paramilitares, que participaron en las masacres del Aro y La Granja. "Tranquila Nelly que ya nada podemos hacer. Deje que las cosas pasen". Con esta frase el abogado y defensor de los derechos humanos Valle Jaramillo se despidió de su secretaria, el viernes 27 de febrero de 1998, luego de que dos hombres ingresaran a su oficina, ubicada en el cuarto piso del Edificio Colón de Medellín. Allí lo acribillaron con varios disparos a quemarropa. Si bien Valle Jaramillo no podía saber cuándo y dónde moriría, sí presentía cómo se produciría ese hecho, pues su vida estuvo marcada por la defensa de los derechos humanos y las constantes denuncias que elevaba ante las autoridades. Cumpliendo ese papel Valle Jaramillo alertó a las autoridades municipales y departamentales de Antioquia sobre las medidas de protección que debían implementarse en Ituango, una población constantemente amenazada por los grupos armados ilegales. Entre los hechos de violencia denunciados estuvieron las masacres de El Aro y La Granja, Antioquia. Este caso que hoy llega a su fin, por lo menos, en la justicia contenciosa nacional, permitió que los nueve hermanos y un sobrino del abogado antioqueño, nacido en 1944, puedan recibir 1.421 millones por perjuicios materiales, más 281 millones más por los perjuicios morales. Estos montos deberán ser cancelados en porcentajes iguales (25 por ciento) por el Ejército, la Policía, el Das y el ministerio del Interior.

El Parlamento Europeo (1997)

Sobre el asesinato en Colombia de Jesús María Valle Jaramillo

Recordando la Declaración de la Presidencia del Consejo del 13 de junio relativa al asesinato de miembros de la organización colombiana de defensa de los derechos humanos CINEP y sus resoluciones anteriores sobre Colombia, en particular las aprobadas el 24 de octubre de 1996 y el 12 de junio de 1997,
A. Consternado por el asesinato de Jesús María Valle Jaramillo, Presidente del Comité Permamente de Derechos Humanos de Antioquia, perpetrado en su despacho el 27 de febrero por tres personas que afirmaron ser miembros de la "Brigada".
B. Considerando que, desde su fundación en 1978, treinta miembros del Comité Permanente por la Dfensa de los Derechos Humanos han sido asesinados, y manifestando su honda preocupación por el incremento de la violencia contra los activistas defensores de los derechos humanos -en 1997 fueron asesinados 19 activistas- y otros treinta se vieron obligados a huir del país para salvar sus vidas -y por la elevada incidencia de violaciones de los derechos humanos en los primeros meses de 1998.
C. Convencido de que los autores de estos delitos han de comparecer ante la justicia puesto que, de lo contrario, las violaciones de los derechos humanos continuarán en Colombia.
D. Considerando que el clima de violencia se ha incrementado durante el período que precedió a las elecciones legislativas del pasado domingo, y que ha provocado numerosas muertes, y la violación del derecho fundamental de voto de muchos ciudadanos colombianos.
E. Acogiendo con satisfacción la decisión adoptada por el Presidente Ernesto Samper Pizano el 1° de Diciembre de 1997 de desmantelar los grupos paramilitares y lamentando, no obstante, la continuación de la violencia política.
1. Condena el salvaje asesinato de JESUS MARÍA VALLE JARAMILLO y expresa sus condolencias a su familia y al Comité Permanente de Derechos Humanos de Antioquia.
2. Pide que el gobierno colombiano investigue urgentemente las circunstancias del asesinato de Jesús María Valle Jaramillo y que los responsables comparezcan ante la justicia.
3. Pide al Gobierno colombiano que mejore la protección de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y de los derechos de los trabajadores y que apoye su labor en la medida de lo posible;
4. Pide al Gobierno colombiano que destituya a los oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía que colaboren con las fuerzas paramilitares;
5. Condena los salvajes asesinatos y la violencia cometidos por la guerrilla en Colombia.
6. Expresa sus condolencias a las familias de todas las víctimas de la violencia.
7. Reitera su rechazo al uso de las armas como medio de resolver los problemas de la sociedad colombiana e insta a todas las partes a iniciar conversaciones de paz.
8. Pide al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que incremente los recursos humanos y materiales de su oficina en Bogotá, incluída la posibilidad de designar a un relator especial para el fomento de los derechos humanos en Colombia.
9. Felicita al pueblo de Colombia por el ejemplo de democracia demostrado en las últimas elecciones pese al clima de violencia existente.
10. Encarga su presidente que transmita la presente resolución al Consejo, y a la Comisión, así como al Gobierno de Colombia, a las Naciones Unidas y al Comité Permamente para la Defensa de los Derechos Humanos.

Boletines de Prensa

Medellín, Noviembre 16 de 2.007
BOLETÍN DE PRENSA Nº 1.
Se convocará a Concursos de Oratoria, de Cuento breve y de Ensayo corto.
El Grupo de Trabajo Académico de las Jornadas por la Defensa de los Derechos Humanos y contra la Impunidad, que se celebrarán entre el 19 y el 29 de febrero de 2.008 y durante las cuales se realizarán diversos eventos para conmemorar dignamente el 10º Aniversario del asesinato del paradigmático abogado JESÚS MARIA VALLE JARAMILLO, consecuente defensor de los Derechos Humanos en Antioquia, el próximo 6 de diciembre abrirá la convocatoria a los Concursos de Oratoria, de Cuento breve y de Ensayo corto, bajo el lema ”Derechos Humanos: De la pesadilla a la esperanza”.
En el Concurso de Oratoria, cuyos temas serás la vida y la obra del doctor Jesús María Valle y la situación de los Derechos Humanos en Colombia, podrán participar estudiantes universitarios y tecnológicos y líderes comunitarios, sindicales, gremiales y políticos, que se inscriban en los sitios indicados en la convocatoria y que asistan al seminario sobre técnicas de oratoria que ofrecerá el comprometido defensor de los Derechos Humanos y en especial de los Derechos Humanos Penitenciarios, reconocido jurista y brillante orador forense, maestro J. Guillermo Escobar Mejía.
El jurado calificador, cuyos integrantes se darán a conocer en la convocatoria, otorgará dos premios y tres menciones honoríficas.
En el Concurso de Cuento breve y en el Concurso de Ensayo corto podrá participar cualquiera persona. En el primero con un cuento de una extensión máxima de una página tamaño carta y en el segundo con un ensayo de una extensión máxima de cinco páginas del mismo tamaño, cuyo tema esté relacionado con los Derechos Humanos, con la situación de éstos en Colombia o con la vida y la obra de mártir Jesús María Valle, ambos a doble espacio y con la tipografía Arial, 12 puntos.
El jurado calificador, cuyos integrantes se darán a conocer en la respectiva convocatoria, seleccionará los diez mejores cuentos y ensayos, entre los cuales otorgará dos premios y tres menciones honoríficas. El Grupo de Trabajo Académico procurará la publicación de los diez cuentos y ensayos seleccionados por el jurado.
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“Aquí estamos y estaremos siempre, en el fragor de la lucha o en el quietud de la muerte” (Jesús María Valle, agosto 25 de 1.997)


Medellín, Noviembre 19 de 2.007.

BOLETÍN DE PRENSA Nº 2
Importante invitación se cursó a los Tribunales Superiores, a las Facultades de Derecho, a los Personeros y a los Colegios de Abogados del área metropolitana.
El 13 del mes en curso el Grupo de Trabajo Académico de las Jornadas Por la Defensa de los Derechos Humanos y contra la Impunidad, envió comunicación a los señores Presidentes de los H. Tribunales de Medellín y de Antioquia y de su Sala Penal, Decanos de las Facultades de Derecho que funcionan en el Valle de Aburrá, Personeros de los municipios del área metropolitana y Presidentes de los Colegios de Abogados de la ciudad, solicitando a las corporaciones judiciales y a las instituciones académicas, del Ministerio Público y gremiales que ellos presiden, vincularse a dichas Jornadas, que, en homenaje al paradigmático jurista Jesús Maria Valle Jaramillo, se realizarán en la ciudad entre el 19 y el 29 de febrero de 2.008, e invitar a sus funcionarios a asistir a los diversos eventos y a participar en los Concursos de Oratoria, de Cuento breve y de Ensayo Corto que se convocarán el próximo seis de diciembre.
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“Aquí estamos y estaremos siempre, en fragor de la lucha o en la quietud de la muerte” (Jesús María Valle, Agosto 25 de 1.997)

Medellín, Noviembre 23 de 2.007.

BOLETÍN DE PRENSA Nº 3
El próximo jueves 6 de diciembre se presentará en público el programa de las Jornadas Jesús María Valle por la Defensa de los Derechos Humanos y contra la Impunidad.
El próximo jueves 6 de diciembre, a las cinco (5) de la tarde, los Grupos de Trabajo para la digna conmemoración del 10º Aniversario del asesinato del paradigmático defensor de los Derechos Humanos, abogado penalista Jesús María Valle Jaramillo, darán a conocer los diversos eventos de las Jornadas por la Defensa de los Derechos Humanos y contra la Impunidad, en acto que se realizará en el auditorio José Félix de Restrepo, cuarto piso del Edificio Nacional de la Alpujarra.
Las Jornadas se iniciarán el 19 de febrero de 2.008 con las conferencias de los doctores Carlos Gaviria Díaz, ex magistrado de la Corte Constitucional y ex candidato presidencial, e Iván Cepeda Castro, valiente luchador por los derechos de las víctimas del conflicto armado, sobre la Vida y la obra de Jesús María Valle y la situación de los Derechos Humanos en Colombia. Culminarán las Jornadas el viernes 29 del mismo mes con el acto artístico Canto a la Vida, a la dignidad, a la libertad, a la justicia y a la paz. Los sitios y las horas para la realización de éstos y de los demás eventos, se informarán oportunamente.
Las personas y las instituciones organizadoras de las Jornadas por la Defensa de los Derechos Humanos y contra la Impunidad, homenaje a Jesús María Valle Jaramillo, invitan a todos los antioqueños a participar en los diversos actos programados.

“Aquí estamos y estaremos siempre en el fragor de la lucha o en la quietud de la muerte” (Jesús María Valle, agosto 25 de 1.997).

Quién era?



Quién era JESUS MARIA VALLE JARAMILLO?
De extracción campesina y con notoria sangre indígena, Jesús María Valle Jaramillo, nacido en una vereda del Municipio de Ituango, fue acatado líder estudiantil en la Universidad de Antioquia en la década de los años sesenta, hecho para muchos inexplicable porque entonces, él se confesaba de filiación conservadora y en el movimiento estudiantil imperaba, en distintos matices, la ideología de izquierda. Pero, alguna vez, él expresó “Es que yo soy conservador en las ideas, pero comunista en los hechos”.
Ya graduado de Abogado, fue electo Diputado a la Asamblea de Antioquia por el Partido Conservador, pero a pocos meses de ejercer su diputación, en actitud única o al menos excepcional en el país, renunció a ella y a su partido, denunciando públicamente la corrupción y el clientelismo imperantes. Con el transcurso de los años, llegó a convertirse en Maestro Ejemplar en las cuatro Facultades de Derecho más importantes de esta ciudad; Dirigente Comunitario (Promotor y Presidente de la Liga de Usuarios de las Empresas Públicas de Medellín); Dirigente Gremial (Presidente del Colegio Antioqueño de Abogados “Colegas” y del Colegio de Abogados Penalistas de Antioquia); apóstol de los Derechos Humanos y prestigioso Abogado Penalista, que hizo de su ejercicio profesional expresión comprometida y consecuente de un proyecto de vida, de una opción por los humildes, por los injustamente detenidos, por los torturados, por los desaparecidos, por los perseguidos, por los desplazados, que él llamaba “desterrados” y, en fin, por las víctimas de la injusticia social.
Fue miembro del Comité permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Antioquia, desde su creación en 1978; después del asesinato de varios de sus integrantes y Presidentes, especialmente en el año 1967, permaneció en aquél mientras otros se alejaron; y, en este año, después del asesinato de su Presidente, Abogado Luis Fernando Vélez Vélez, asumió la Presidencia y vocería de dicho Comité, hasta el día de su muerte.
Por qué lo mataron?
Lo mataron, en un atemorizado operativo militar, por ser quien era; por su vital compromiso con la Defensa de los Derechos humanos y la justicia y por su opción por los humildes. “El era consciente de lo que hacía y conocía el riesgo y, si optó por él, fue a sabiendas de que gestos como el suyo que en Colombia acaban generalmente con la muerte, son , quizá la única dramática y paradójica forma de luchar por la vida, cuando el Estado no sólo no garantiza los Derechos Humanos sino que, con frecuencia, los vulnera” (Rev. Jueces para la Democracia, nº 31, Madrid, 1998, pág . 99).
Más inmediatamente es posible relacionar su muerte con las denuncias que, por diversos medios y después de haber recurrido infructuosamente ante las autoridades competentes, hizo a finales de 1996 sobre la complicidad del ejército en las violentas acciones paramilitares contra los Campesinos de Ituango, las cuales reiteró durante 1997.

En julio de ese año, ante el incremento de los asesinatos y el desplazamiento de campesinos en Ituango por paramilitares y con el silencio y la omisión cómplice de los militares, Jesús María reiteró públicamente sus denuncias, ante tal actitud, el día 16 de este mes, por varios medios de comunicación, el entonces Gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez y el comandante de la Cuarta Brigada, General Carlos Alberto Ospina Ovalle, denunciaron al doctor Valle Jaramillo como “Enemigo de las Fuerzas Armadas”.
Días después, un militar adscrito a dicha Brigada, denunció penalmente a Jesús María Valle por el delito de calumnia al estamento militar y, precisamente, el día anterior a su asesinato, el jueves 26 de febrero de 1998, él había rendido versión libre ante el Fiscal que adelantaba la investigación preliminar por dicho supuesto delito.
Cuál fue la actitud del señor Rector de la Universidad de Antioquia, doctor Jaime Restrepo Cuartas, ante el asesinato de Jesús María Valle Jaramillo?
El señor Rector, mostró su alineamiento político y su estatura moral, pues desconociendo las múltiples calidades humanas, académicas, profesionales y gremiales del doctor Jesús María Valle Jaramillo, e invocando, como razones, el temor a que se turbara el orden público interno y “…la neutralidad que es propia de la Universidad”, se negó a acoger los despojos mortales de tan importante dirigente ciudadano en algún recinto de la Universidad, para que allí recibiera el homenaje póstumo de la comunidad que lo lloraba, desatendiendo la petición reiterada que hiciera un vocero del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos “Héctor Abad Gómez” y Profesores dela Facultad de Derecho. Además, inexplicablemente, ni el señor Rector ni ninguno de los miembros del equipo rectoral ni del Consejo Superior de la Universidad se hicieron presentes, al menos, en la velación de tan importante dirigente.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Qué fue lo que dijo Jesús María Valle?

*Tomado de Semana.com
El defensor de derechos humanos Jesús María Valle fue asesinado hace nueve años en Antioquia. El periodista Mauricio Builes cuenta quién era y en qué consistían las denuncias que hoy cobran vigencia.
Jueves 1ro de marzo de 2007
La noticia había dado la vuelta a todo el país: asesinaron al máximo defensor de los derechos humanos en Antioquia. Jesús María Valle Jaramillo fue baleado en su oficina en el cuarto piso del Edificio Colón, en el centro de Medellín. Fue un viernes en la tarde. El 27 de febrero de 1998. Defender los derechos humanos se había convertido una profesión de alto riesgo en Colombia. Jesús María era la víctima número 14 de la última década.
La misma semana de su muerte, había rendido versión libre en el proceso por injuria y calumnia que en su contra iniciaron miembros del Ejército por sus denuncias sobre la colaboración de militares de la IV Brigada en las masacres de El Aro y La Granja, en Ituango, donde él nació en 1944. Estos dos casos se le convirtieron en una obsesión no sólo por los detalles escabrosos de la forma cómo masacraron a campesinos que eran a su vez sus vecinos y amigos, sino porque había suficientes evidencias para demostrar la complicidad entre los paramilitares y el Ejército.
Jesús María Valle alertó a diversas autoridades municipales y departamentales sobre la necesidad de que se adoptaran medidas para proteger a la población civil de Ituango. Estas denuncias no sólo fueron conocidas gracias a los medios de comunicación sino que fueron escuchadas, a viva voz, por el comandante de la IV Brigada, Carlos Alberto Ospina, y el gobernador Antioquia de la época, Álvaro Uribe Vélez.
El 11 de julio de 1996, en una entrevista para el periódico El Colombiano, Valle dijo: “Desde el año pasado le pedí al gobernador (...) y al comandante de la IV Brigada (...) que protegiera la población civil de mi pueblo, porque de septiembre a hoy han muerto más de 150 personas”. No le creyeron. Pocos días después Uribe lo señaló como “enemigo de las Fuerzas Armadas” y fue denunciado por calumnia ante los tribunales.
Pero Valle era uno de los más duros críticos del gobierno de Álvaro Uribe, a quien acusaba de estar alentando el accionar de los grupos de justicia privada y el día de su versión libre, se ratificó en sus denuncias. “Se percibe esa connivencia entre comandantes de la Policía y el Ejército con aquellos agentes armados que cometen una serie de asesinatos en el perímetro urbano de nuestros municipios” dijo Jesús María.
La resistencia y la oratoria eran dos características de su personalidad bastante reconocidas. Su trayectoria así lo demuestra. Fue fundador del Comité Permanente de Derechos Humanos de Antioquia en 1979 y luego sucedió en la presidencia de ese grupo al médico Héctor Abad Gómez, asesinado el 25 de agosto de 1987. Profesor de pruebas penales, de ética y derecho procesal y penal en la Universidad de Antioquia, en la Autónoma y en la Universidad de Medellín. Concejal de Ituango y diputado de la Asamblea de Antioquia por el Partido Conservador.
Sus intervenciones en público eran famosas por sus alegatos llenos de humanismo: “En el fondo todo hombre, por ruin y bajos que sean sus instintos, por malo que sea, subyace un sentimiento bueno, enfocado hacia su madre, hacia Dios o hacia la mujer que ama”. Y no sólo se caracterizó por sus aportes intelectuales a la defensa de los derechos humanos, sino que siempre estuvo atento a las reivindicaciones populares.
Seis meses antes de su muerte, tras elaborar un informe sobre la situación de los derechos humanos en Antioquia, Jesús María dijo tres cosas que el líder paramilitar, Salvatore Mancuso, ratificaría en la versión libre del pasado mes de enero en Medellín. Valle habló de fuerzas oscuras que reemplazaron a las autoridades locales; Mancuso aceptó la participación del Estado en la operación paramilitar. Segundo, Valle se refirió a las Convivir, a los paramilitares y las autodefensas como una misma cosa; Mancuso, ex comandante del Bloque Catatumbo de las AUC, admitió haber hecho parte de una Convivir. Y tercero, Jesús María recordó cómo fuerzas oscuras masacraron campesinos en el departamento; Mancuso, confesó su autoría en la masacre de El Aro.
Pero hubo más revelaciones. Las denuncias hechas por Valle sobre el contubernio entre paramilitares y Ejército también fueron ratificadas por el líder paramilitar. Éste dijo que el general Alfonso Manosalva, entonces comandante de la IV Brigada, les entregó “la información y los mapas” para la matanza de El Aro.
Las denuncias hechas por Jesús María Valle llegaron después a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que terminó condenando al Estado colombiano por la relación de militares con las masacres de Ituango. Y hace dos semanas, CIDH interpuso una nueva demanda al Estado pero esta vez por la muerte del defensor de los derechos humanos.
En sus argumentos cita información de la Fiscalía Regional de Medellín según la cual "existía prueba de que el asesinato había sido planeado con la participación del general Alfonso Manosalva... fallecido para el momento de los hechos". Los fiscales que en su momento dedujeron esto, tuvieron que irse al exilio.
La CIDH será la encargada de determinar la responsabilidad del Estado colombiano en este crimen. Un crimen que Jesús María Valle preveía. Días antes de su asesinato había dicho que prefería morir con dignidad que arrodillado frente a quienes habían convertido a Colombia en un país paria para los derechos humanos en el mundo. Y así fue. Ese viernes, cuando vio entrar a su oficina a los dos asesinos, le dijo a su hermana, que hacía las veces de secretaría personal: “Tranquila Nelly que ya nada podemos hacer. Deje que las cosas pasen”.